Axel Kicillof impulsa un armado electoral pragmático: las listas seccionales deberán liderarlas los candidatos mejor posicionados

Redacción del Diario REPORTERO

En un contexto electoral complejo y con la pulseada interna al rojo vivo, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, avanza con una propuesta que pretende poner fin al tradicional reparto "matemático" de las listas seccionales dentro del peronismo bonaerense. El mandatario sostiene que quienes encabecen las listas deben ser los candidatos que mejor midan en imagen, conocimiento y arraigo territorial, independientemente de la corriente o sector al que pertenezcan.

Esta iniciativa llega en un momento en que la definición de las listas para las elecciones del 7 de septiembre se convierte en un escenario de negociaciones intensas y pugnas entre facciones. Mientras desde La Cámpora se busca mantener el control sobre ciertos espacios estratégicos, y Sergio Massa y otros referentes manejan cuotas propias, Kicillof apuesta por un armado pragmático que priorice la competitividad electoral por sobre los acuerdos entre "tribus".

Fuentes cercanas al gobernador afirman: “Los que encabecen las listas tienen que ser los mejores candidatos o candidatas de cada lugar, más allá del espacio, quien tenga mejor imagen, conocimiento, inserción territorial y diálogo con todos los sectores”.

La propuesta también incluye una limitación al uso del veto como herramienta política. Desde el entorno de Kicillof se rechaza la práctica de emplear el veto para presionar o excluir candidatos, como ocurrió en situaciones anteriores donde postulantes fueron relegados o marginados sin consenso.

Más allá del armado electoral, el gobernador prepara una campaña que enfatice la crítica al Gobierno nacional, con foco en la defensa de la producción bonaerense y la gestión provincial como alternativa. Sin embargo, esta estrategia choca con la mirada del líder de La Cámpora, quien apuesta por un posicionamiento menos confrontativo y con mayor mirada a futuro.

Con las negociaciones aún abiertas y las reuniones del Partido Justicialista bonaerense a punto de reactivarse, el pragmatismo de Kicillof aparece como un intento de unificar criterios y evitar divisiones que podrían perjudicar la performance electoral del peronismo.