Violento asalto en barrio cerrado de San Ignacio: Familia y propiedades bajo amenaza en plena madrugada
REPORTERO.COM.AR | www.reportero.com.ar
Una banda de al menos tres delincuentes protagonizó un violento asalto en el barrio cerrado San Ignacio, ubicado en Junín, durante la madrugada de este martes. El episodio se inició cerca de la 1 AM, cuando los delincuentes lograron ingresar tras romper un alambrado perimetral en un punto ciego del sistema de seguridad del barrio, lindante con Cerrito Colorado Sur.
Según reportaron vecinos y fuentes policiales, los ladrones primero ingresaron a una propiedad sin moradores, perteneciente a un conocido dirigente político, de donde sustrajeron dinero en diversas monedas extranjeras, aunque sin trascender montos exactos.
El momento más alarmante ocurrió cuando la banda se acercó a otra vivienda, donde una familia integrada por una pareja y dos menores dormía. Los delincuentes ingresaron por una abertura, con rostros y manos cubiertas, y amenazaron a las víctimas con armas de fuego, inmovilizándolos con cordones de calzado.
Aunque en un primer momento se pensó que las armas podrían tener silenciadores, esta hipótesis fue descartada por la policía. Sin ofrecer resistencia, la familia entregó el dinero y algunas joyas que los ladrones sustrajeron antes de huir del lugar.
Minutos después, la familia liberada pudo pedir ayuda a la policía, que comenzó una rápida investigación en la zona. Durante el operativo, se detectó otro robo en una propiedad deshabitada del barrio, hecho también bajo investigación.
Funcionarios de la fiscalía local, encabezados por la Dra. Fernanda Sánchez y su secretario, se hicieron presentes en San Ignacio desde la madrugada hasta media mañana para supervisar el avance del caso. Esta investigación quedó a cargo de la misma Unidad Funcional que investiga un robo similar ocurrido en abril en el barrio Costa Verde, aunque por el momento no se vinculan ambos hechos.
Vecinos de distintos barrios cerrados en Junín expresan su creciente preocupación por la inseguridad. A pesar de contar con tecnología de seguridad como alarmas y cámaras, la confianza en la protección policial parece cada vez más baja.